El Boss
Efectivamente, la feria de vanidades smartphonica cada vez menos smartphonica ha acabado, y ahora ya solo queda un fin de semana donde los ejecutivos agresivos con sus maletines llenos darán buena cuenta de los restaurante de 4 estrellas los hoteles de 5 y los tuburios de perdición de 6.
Eso es, eso ha sido siempre y eso es lo que será hasta que John Hoffman, que tiene casa en Barcelona y a un hijo estudiando en la Universidad, sea seducido por Isabel de Todas las Españas Ayuso y el MWC fije su residencia definitiva en Madrid, que es lo que tiene que ser, en IFEMA, junto al circuito de Formula 1 que tomará también el relevo de Montmeló.
Venga, no os enfadéis. Yo inicié mi carrera laboral en Madrid donde trabajé tres años en un Centro de Investigación de Telefónica 1978-1981. Mi mujer y yo, con 24 años, estábamos recién casados y lo pasamos muy bien, hicimos buenos amigos que aún conservamos, y nos sentimos como si estuviéramos en casa. Eran otros tiempos.
Ahora me daría más miedo embarcarme en una aventura así: eso es lo que han conseguido los dirigentes y los palmeros de ambos lados. Una verdadera pena que solo me produce tristeza.
Vale, ya está, ya me callo.
Bueno, pues que sepáis que el MWC 2023, el verdadero MWC 2023, es el que nos cuentan en esta peliculita de casi media hora Álvaro e Iker. Ahora ya sabremos la verdad.
